Brasil se prepara para mostrar al mundo su gran variedad gastronómica con gran influencia de mestizaje de culturas europeas, africanas e indígenas a todos los visitantes de la Copa Mundial de la FIFA 2014 a través de los de más de 12.500 restaurantes y 15.000 bares con los que cuenta la capital carioca


                                                                                                    Plato de Baião de dois


   La gran influencia que ha vivido a lo largo de su historia se plasma en sus platos regionales, y dependiendo del área del país donde se encuentre el turista, saboreará en su paladar las influencias recibidas.
   A lo largo del territorio geográfico de Brasil, se encuentra una gran diversidad de aromas y sabores tropicales y frescos que caracterizan al país.
   Dos claros ejemplos que han sabido plasmar la identidad gastronómica brasileña son Helena Rizzo y Alex Atala. La chef, que ha sido recientemente nombrada la mejor cocinera del mundo, realiza una cocina que es el reflejo de Brasil: una mezcla de influencias y experiencias.
   Su trayectoria en Europa, trabajando en restaurantes como 'El Celler de Can Rocca' en España o 'La Torre' en Italia, se ve proyectada en la cocina del restaurante que abrió con su marido, Daniel Redondo, en el año 2004.
   Por su parte, Milad Alexandre Mack Atala, fue elegido chef del año por la revista 'Guía Cuatro Rodas' en 2006. Utiliza la cocina amazónica, en especial la gastronomía de Paraná, como elemento base en alguno de sus platos. Defiende en su libro, 'Por una Gastronomía Brasileira', el uso de la cocina regional.
   Ambos cocineros mezclan influencias e ingredientes como la tradición, sofisticación e innovación en la amplia oferta gastronómica brasileña.
Rio de Janeiro, Sao Paulo y Fortaleza son, además de sedes de la Copa Mundial de la FIFA 2014, ciudades con gran amor por la gastronomía.
   La cocina carioca está muy influenciada por la cultura portuguesa. A parte de su amplia oferta de restaurantes internacionales, Río de Janeiro posee platos que son la identificación de la ciudad, como la feijoada carioca.
   Se trata de un guiso de alubias negras con carne de cerdo acompañado con arroz blanco, chicharrón de tocino, col rehogada, farofa (harina de mandioca tostada con huevo y longaniza) y rodajas de naranja. Tal es la presencia de esta combinación en la cultura carioca que los viernes son conocidos como el "día de la feijoada".
   Asimismo, siguiendo con el estilo de vida de la ciudad, se puede encontrar opciones gastronómicas como empanadas, croquetas de mandioca, croquetas de bacalao, patata frita y mandioca frita en los típicos bares cariocas, los llamados botecos.
   Por su parte, la gastronomía de Fortaleza es fruto de sus influencias indígenas, portuguesas y africanas. La presencia en los platos viene dada por el pescado y el marisco debido a su localización geográfica. El plato por antonomasia de Fortaleza es la peixada cearence, elaborada con pescados de la región y preparada con salsa de legumbres frescas.
No obstante, también se pueden encontrar recetas, como el Baião de dois, donde la carne es la protagonista: una mezcla de frijol de cuerda, arroz, manteca de botella, cilantro y carne seca. Como postre se pueden saborear los helados elaborados con las frutas típicas como seriguela y sapoti o frutos secos como el anacardo (cajú).
Finalmente Sao Paulo destaca por la gran variedad de restaurantes y bares ofrece esta ciudad: entre 12.500 y 15.000 respectivamente. Sao Paulo es considerada uno de los mayores núcleos gastronómicos superando a ciudades como París o Londres en número de restaurantes en su amplia oferta gastronómica.
   A parte de diversos restaurantes internacionales, la urbe destaca también por la cocina regional. Platos como el feijão tropeiro (frijoles con harina de mandioca) o el cuscuz paulista (plato salado con verduras, huevos cocidos, palmitos y sardinas) son las ofertas gastronómicas más destacables.
   Pero si hay un denominador común en este país con más de doscientos millones de personas que acompaña todo tipo de recetas es, sin duda, la caipiriña. Una bebida que mezcla lima, cachaça y azúcar, se sirve fría y se toma con pajita.