Campo de Borja es hoy en día el imperio de la Garnacha


En Campo de Borja se elaboran vinos densos, con cuerpo y frutales. La mayor parte de la producción sigue siendo de vinos tintos, que junto a los rosados han conseguido el respaldo de la crítica.
La Denominación de Origen Campo de Borja la integran actualmente los términos municipales de 16 pueblos, y está situada al noroeste de la provincia de Zaragoza, a 60 Km. de la capital, en una zona de transición entre las montañas del Sistema Ibérico y el Valle del Ebro. El macizo del Moncayo juega un papel determinante en la D.O., ya que propicia la existencia de un microclima que influye notablemente, dando carácter, en los vinos. El clima es continental, con influencia invernal atlántica cuya característica más destacable es el viento del noroeste, frío y muy seco . En verano, por contra, la influencia es fundamentalmente mediterránea. Los contrastes térmicos diurnos y estacionales son muy acusados, con temperaturas extremas. La precipitación es escasa, situándose en un promedio de entre 350 y 450 mm.
El vino se ha elaborado en la comarca que hoy constituye la Denominación Campo de Borja desde tiempos de los Romanos, y ya era exportado en los primeros siglos de la Edad Media desde el Monasterio cisterciense de Veruela, situado en las faldas de la Sierra de Moncayo. La labor de los monjes propició en el siglo XV un importante desarrollo de la viticultura y un continuo crecimiento del sector, que ha continuado hasta nuestros días.
En Campo de Borja se elaboran vinos blancos, rosados y tintos. En función del tiempo de crianza, se distinguen los siguientes tipos de vino:
Jóvenes: vinos que no pasan por crianza en barricas de madera.
Crianza: crianza mínima de 24 meses entre barrica y botella.
Reserva: crianza mínima de 1 año en barrica y 2 años en botella.