El año 1994 se produce un hecho importante la Carménère es redescubierta en Chile por el ampelógrafo francés Jean-Michel Boursiquot


En el año 1860 se produce un desastre, los viñedos franceses fueron atacados por la filoxera, un insecto diminuto que afecta la raíz y las hojas chupando la savia de las plantas. Esta plaga extinguió la cepa de todas las viñas francesas, y europeas en general, las que que paulatinamente comenzaron a reemplazarla por otras cepas menos sensibles como el Merlot.
El año 1994 se produce un hecho importante, el Carménère es redescubierto en Chile, por el ampelógrafo francés Jean-Michel Boursiquot, quien advirtió que algunas parras de Merlot tardaban más en madurar. Los resultados de estudios realizados concluyeron que se trataba de la antigua variedad de Bordeaux Carménère. La cepa que se pensaba extinguida era redescubierta.
El vino que produce esta cepa es de color rojo violáceo muy llamativo y profundo. Tiene un notable aroma, con notas de frutas rojas, tierra húmeda y especias, y notas vegetales que se van apaciguando en la medida que la uva se deja madurar más tiempo en la planta. Sus taninos son más suaves y amigables que los de un Cabernet Sauvignon y por sus notas vegetales es menos elegante que un Merlot. Produce vinos de cuerpo medio, fáciles de beber. Son vinos que deben beberse jóvenes. Bastante más persistente y entretenido que el Merlot, la cepa Carménère presenta aromas a frutilla madura, betarraga dulce y presencia aromática característica. Vivo y entretenido, en el caso de los con guarda en barrica se potencian los aromas tostados a cuero y vainilla, predominando siempre su carácter frutal con gran cuerpo y persistencia.
El Carménère había sido introducido en Chile en 1850 desde Francia y permanecido oculto junto al Merlot.
La mayor concentración territorial dedicada al cultivo de esta cepa se encuentra hoy en los valles centrales de Chile, especialmente en las regiones de O'Higgins, del Maule y de Santiago. Según el Catastro Viticola Nacional (2006) elaborado por el Servicio Agrícola y Ganadero, existen 7.182,7 hectáreas plantadas en el país. Es la cuarta en importancia entre los cepajes tintos, después del Cabernet Sauvignon (40.788,6 hectáreas), el País (14.955 hectáreas) y el Merlot (13.367,7 hectáreas). La investigación genética reciente ha comprobado que la variedad puede estar lejanamente emparentada con el Merlot.
Actualmente, las empresas vitivinícolas chilenas invierten mucho en esta cepa con el propósito de crear una identidad propia para el vino chileno basándose en el Carménère, siguiendo el ejemplo de las empresas australianas y la variedad de uva de Syrah.
La importancia que la industria vitivinícola chilena ha querido darle a la cepa se hizo patente durante el primer concurso internacional Carménère al Mundo, que la Asociación de Enólogos de Chile realizó en el año 2006, en el que se presentaron más de 200 muestras de la variedad, sin embargo, aunque la mayoría de las viñas Chilenas producen variedades de Carménère, solo algunas marcas se destacan como insignes, entre las cuales podemos encontrar:Carmín de Peumo, Terrunyo, Montes PurpleAngel, Carmen Grande Vidure, Santa Helena Notas de Guarda, Laura Hartwig, Santa Ema, Errázuriz, Apaltagua, De Martino y Veramonte entre otras.
Los máximos hitos alcanzado por la cepa Carménère se da de la mano de los vinos Carmin de Peumo de la viña Concha y Toro y del Tatay de Cristobal de la viña Von Siebenthal ambos obtuvieron 97 puntos de parte de la Wine Advocate, posicionándolos como los vinos Chilenos con mejores puntajes. En tercer lugar quedó el vino Terrunyo de la viña Concha y Toro.