El gran hombre de Bodegas López Heredia, uno de los guardianes de los métodos tradicionales del Rioja pese a quien pese y a pesar de las modas, ha dejado este mundo a los 85 años. Su legado, no sólo en la firma que lleva su nombre en Haro sino en el sector, tal y como lo conocemos, probablemente no nos deje nunca. López de Heredia (Zarauz, 1928) era nieto del fundador de una de las bodegas más antiguas de la denominación (nació en 1877), y una de las más emblemáticas de España. Estudió en Haro y en Logroño, y luego Derecho en Madrid. No por pasión por la abogacía, sino por consejo de su padre cuando el joven Pedro le sugirió que quería estudiar Química. "Es asunto tuyo", le dijo. "Pero si te quieres venir a la bodega no te lo aconsejo. Si estudias Química, luego vas a tener la tentación de hacer 'chapuzas' con el vino". Así que Pedro López de Heredia estudió Derecho, y ese consejo se convirtió casi en un leit motiv: nada de hacer "chapuzas" con el vino: un respeto al Rioja y sus esencias que convirtió a su bodega en una reserva espiritual del Rioja cuando el mundo parecía ir para otros lugares. Al final, el mundo gira, y López Heredia sigue en su lugar haciendo el mejor Rioja de toda la vida. Hombre infatigable en el trabajo, pero de gran corazón y sentido de la justicia, consiguió en vida algo casi imposible: el respeto de todo el sector. Fue diputado de Alianza Popular del 77 al 84, vocal del Consejo Regulador y directivo del Grupo de Criadores y Exportadores, defendiendo siempre la autenticidad del vino fino de Rioja. La Orden Civil del Mérito Agrícola, el premio a la Vida Empresarial del Club de Márketing, el Excelencia Rioja 1999... Son adornos para una gran figura que ha dejado hoy un poco huérfano al Rioja. Descanse en paz.

                                www.lopezdeheredia.com