Cuenta la leyenda que el Bloody Mary se nombró en honor de la reina María I de Inglaterra, que recibió tan singular apelativo por ordenar la persecución de los protestantes en el siglo XVI para intentar restaurar el catolicismo, lo que acabó con más de 300 sacerdotes protestantes en la hoguera. Sin embargo, el nombre de este cóctel preparado por primera vez por Fernand Petiot en el Harry’s New York Bar en 1921 —aunque otros barmans neoyorquinos reclaman su autoría— se debe probablemente más su parecido con el color rojo de la sangre que con ninguna reina. Sea como fuere, otro cóctel perfecto para el Día de la Madre. Ingredientes 3 partes de vodka, 6 partes de zumo de tomate, 1 parte de zumo de limón, 2 o 3 gotas de salsa Tabasco, 2 golpes de salsa Worcestershire, sal y pimienta.El Bloody Mary es un cóctel de preparación sencilla aunque delicada. Se prepara en vaso mezclador juntando todos los ingredientes y removiendo suavemente para luego servirlo en un vaso alto tipo Collins decorado con apio y una rodaja de lima, aunque también se puede escarchar con sal y acompañar con una gama o pepinillos. Sin embargo, conseguir el Bloody Mary perfecto es complicado, porque pequeñas variaciones en las dosis de las salsas puede hacer que el cóctel resulte demasiado picante o excesivamente suave, así que es recomendable practicar bien antes de servírselo a nuestra madre, que no querremos amargarle su día con un cóctel mal preparado.