Son más conocidas las catas de vino aceites o de platos elaborados sin embargo es menos habitual la cata de panes


                                                                        
Por otro lado muy interesantes para poner en valor el pan como alimento básico de nuestra alimentación, además de defender ese tipo rústico donde la manipulación química está ausente.  El pan debe tener una molla esponjosa y blanca de olor a tahona cálida. Tener una apariencia donde su visión provoca una salivación bucal instantánea. En sí, el pan debe ser apetecible por el mismo y no por lo que lo acompañemos. No debemos olvidar que nos encontramos en pais con una historia centenaria en la elaboración del pan artesanal.Del pan rustico o artesanal de verdad, no los panes-marketing a la que muchas  tiendas de "nueva generación" nos someten a un sufrimiento inmerecido por unos cuantos centimos der mayor rentabilidad.   Cuando asistimos a un restaurante se suele catar por uno de los comensales el vino y si éste no es adecuado se rechaza. Pues bien posiblemente debemos hacer lo mismo con el pan, pues la gran mayoría de las veces nos ponen en el platillo del pan uno que se asemeja a una goma de mascar. Debe ser reivindicado nuestro pan rústico. Lo mismo que deseamos una lubina fresca o una ternera de calidad, también debemos comenzar a exigir amablemente que el pan que se nos ponga en el lado izquierdo de nuestra mesa sea de 'pueblo' o elaborado de la manera tradicional.  El pan, alimento de larga tradición, es un alimento sano y para la regulación intestinal es esencial, pues forma parte de la ración de volumen que es necesaria para el paso intestinal y una adecuada fisiología digestiva, además de ser muy calórico y nutritivo con un aporte importante de vitaminas, del grupo B y minerales como potasio, fósforo y magnesio.  Por otro lado, el pan ha tenido una mala fama en aquellas dietas de adelgazamiento, hecho que no es totalmente cierto. En sí el pan tradicional blanco es muy bajo en grasa, no así el de molde o tostado. Es más,es el acompañamiento de el propio pan el que conlleva el ganar peso. Así, no le echemos la culpa al mensajero y defendamos a nuestro pan rústico.Comer un buen pan, es disfrutar de un producto gourmet de alto valor añadido.
 Sea exigente, no comparta otros magníficos productos con un mal pan.