Cortar jamón requiere paciencia, precisión y cierto arte, una tarea que necesita formación y busca profesionalizarse. El aumento de los cursos de cortadores de jamón ha abierto una veta laboral en plena crisis. "El crecimiento es abrumador". Juan Milla Sánchez, directivo de la Asociación Nacional de Cortadores de Jamón, con sede en Alburquerque, reconoce que están "saturados de peticiones para dar cursos de corte de jamón". Las palabras de Milla Sánchez reflejan el auge de los cortadores de jamón, "por fin el mundo está empezando a darse cuenta que el jamón es la elite de la gastronomía mundial". El empeño de la ANCJ está en crear una red para hacer cursos en cada provincia de España, enseñanza en la que se adquieren conocimientos que van, desde el nacimiento del cerdo hasta llegar a la boca del comensal, pasando por muchas etapas como el estilo de corte, el acero de los cuchillos, el mimo del manjar, los diferentes sabores del jamón y sacar el máximo rendimiento al producto.Los cursos que imparte esta Asociación se dividen en tres categorías: cortador de jamón, cortador profesional y maestro cortador. "Un maestro cortador de jamón debe reunir muchas cualidades, como saber estar, don de palabra, arte, ser un erudito y, sobre todo, humildad para saber que de esta profesión todos los días se aprende algo". En la misma línea se manifiesta Enrique Francisco, directivo López Ortega Delights de Madrid, empresa que imparte cursos de cortadores de jamón, desde el nivel más elemental al más experto, a más de 600 personas al año, con un crecimiento en el último trienio del 30 por ciento.En este panorama, Francisco, que en su tarjeta de visita se presenta como 'JamonLovers', asegura que estamos ante "una profesión de futuro", aunque no exista como tal. "El problema es que es una actividad no reglada, es decir no existe la profesión de cortador de jamón". Un grave error, según Francisco. "Queremos que sea una profesión reglada para profesionalizar el sector y mantener unas cuotas de calidad homogéneas", denuncia. El perfil de este alumnado son personas vinculadas al mundo de la hostelería, alimentación y gastronomía, entre 24 y 45 años, la mayoría españoles, aunque cada vez atrae más el interés de italianos, rusos, mexicanos, entre otras nacionalidades, señalan desde López Ortega. "Los cortadores de jamón son la cara visible de una marca en un evento, stand o feria y es necesario que puedan transmitir los valores del producto que representan", concluye.