‘El alcohol es nuestra droga nacional’. Una frase así sólo podía provenir de un borracho autorizado y voluntario como William S. Burroughs...


Y él, que lo más cercano a un cóctel que conoció fue la calcinante mezcla de vodka con coca cola, ¿qué diría ahora si le ofreciesen un gin tonic con cardamomo, enebro, vainilla y pimienta rosa?. Por el tipo de mente turbadora que Burroughs tenía, es muy posible que hubiese rechazado esa especie de ensalada con nombre de peinado de señora,gin-tonic-de-cardamomo. Pero ¿habría dicho que no a un calimocho?. Esa bebida que ha pasado de ser ordinaria (alcojól más que alcohol) a ser intelectual tras ser calificada de 'maravillosamente refrescante' en The New York Times. Algo así como un vulgarismo ilustrado que casa a la perfección con la personalidad aguardiente de escritores como Burroughs. Lo cierto es que lo que bebes te define, y entre el calimocho y el cardamomo hay un trecho (y muchos euros). Aunque un borracho es un borracho. Ya lo decía el escritor Dylan Thomas: «Un alcohólico es alguien que no te gusta pero que bebe lo mismo que tú». Repasemos a las personas y su hueco en la sociedad a través de la bebida. Si el calimocho fuese un estilo musical sería el 'garage rock', crudo, sucio, pero efectivo. Mitad coca cola (o 'pesicola' de Hacendado si vamos muy escasos de dinero), mitad vinacho de tetra brick en vaso de plástico siempre. El toque finolis se deja en casa. Bien lo saben los miles de universitarios que han inundado sus venas e hígados con este elixir apto para todos los paladares. La gasolina que todo botellón estudiantil requiere.Si el whisky fuese una voz, sería la de Tom Waits, resinosa y ámbar. La unión impecable entre bourbon y tabaco. El whisky era la bebida predilecta de Dylan Thomas,de hecho, murió tras beberse 18 copas seguidas. 'Un whisky solo' o 'un whisky doble, por favor' es lo mítico que el tipo desaliñado y con algún problema emocional enquistado le pide al camarero en un bar de mala vida y buena muerte. Servirlo así, solitario, es para gargantas erosionadas. Los adolescentes y adultos con estabilidad emocional lo suelen acompañar con coca cola;algunos con Red Bull. La absenta es la bebida con la que actualmente algunos se la dan de bohemios. 'Yo es que bebo absenta como Oscar Wilde, Rimbaud o Baudelaire'. Poco hay que decir de este alcohol, aparte de que si hay infierno, los allí reunidos disfrutan sus pecados con este líquido verde. Pero recordad: la Belle Époque terminó, y la absenta ya sólo provoca absentismo (laboral, sobre todo). Bienvenidos al embrión del alcohol rudo: whisky con cerveza, el trago favorito de Charles Bukowski. «Si te pasa algo malo, bebes para olvidar,si te pasa algo bueno, bebes para celebrar,y si no sucede nada, bebes para hacer que suceda», dijo el escritor. Una gran verdad dicha bajo una gran cantidad de alcohol,bebida underground, de suburbio sucio y portuario. Scott Fitzgerald decía que le gustaba la ginebra porque no se notaba en el aliento. Es la bebida refinada, lo opuesto al calimocho,lo que te pides a media tarde en la terracita cuando empieza el calor. Gin tonic con cardamomo es finura. De mover la copa mientras te ríes echando la cabeza hacia atrás con un 'hahaha' en vez de 'jajaja'. Por cierto, el cardamomo es una planta. Lo que se utiliza es su fruto, principalmente en la India y con uso culinario.