El arte urbano parece que está abandonando la marginalidad de los muros y persianas de comercios para coger posiciones a lo grande en los lugares más representativos de la ciudad. Lo vimos hace unas semanas en la acción de J&B y Boamistura en el Mercado de la Cebada y esta vez es Campo Viejo quien trae el color y la expresividad de sus vinos a las calles de la capital. Dentro de la acción ‘Campo Viejo Streets of Colour´, se llevó en el Palacio de Santa Bárbara la tercera fase de este proyecto colorista alrededor del vino que comenzó el pasado mes de abril en las mismas bodegas Campo Viejo. Los artistas contemporáneos Okuda y Remed crearon la primera escultura inspirada en estos vinos riojanos. Una pieza de seis metros de altura colocada en plenos viñedos, en Logroño. La segunda fase de este proyecto se trasladó a Londres en Mayo, donde la marca organizó una fiesta gastronómica en la que se creó una obra ‘live-painting´ a través de esculturas de vanguardia y un gran mural en el centro cultural SouthBank Centre. El pasado mes de septiembre le tocó el turno a Madrid para que Campo Viejo mostrara su ADN de creatividad, color, vitalidad y pasión. De nuevo los artistas Okuda y Remed, en compañía de 3TTMan y Nano4814 transformaron el Palacio de Santa Bárbara, tanto por fuera como por dentro. El cierre que rodea su fachada se transformó en un colorido mural que llamó la atención a paseantes que se paraban a contemplar el trabajo de los artistas. En el interior la terraza, jardines y salones se llenaron de color en lo que fue toda una exposición de arte de vanguardia. La sala principal fue un homenaje a los tintos de la marca con un enorme mural colorista y geométrico. La segunda sala se dedicó a los rosados de la marca con materiales reciclados, botellas y barricas descontextualizados. La última sala se reservó para la gama de blancos con otro gran mural al estilo ‘pinta y colorea´ en el que los participantes podían participar y pintar cada uno de los huecos que estaban en blanco. Vino, gastronomía y arte que atrajeron a 1.000 visitantes en este espacio pop-up del centro de Madrid. Durante un fin de semana los asistentes pudieron pasar por el Palacio de Santa Bárbara para disfrutar de la exposición, conocer los vinos, hacer catas y maridajes con siete tapas inspiradas por la bebida que creó el chef David López.