Se acaba de presentar el libro ‘Comidas bastardas, gastronomía, tradición e identidad en América Latina’, de las profesoras titulares de Literatura Ángeles Mateo del Pino y Nieves Pascual Soler


El mencionado volumen se detiene en analizar la forma en que las representaciones culinarias crean y transmiten una identidad en el marco de la imparable globalización, atendiendo al carácter cultural de la comida y a las múltiples expresiones que puede llegar a reflejar, desde el sincretismo al mestizaje.   Tanto Ángeles Mateo, profesora de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, como Nieves Pascual, profesora de Literatura Norteamericana de la Universidad de Jaén, sostienen que comer no es sólo una actividad psicológica, sino también un acto cultural. Treinta ensayos de distintos autores internacionales integran el contenido de ‘Comidas bastardas.  Gastronomía, tradición e identidad en América Latina’, en el que desde distintas y dispares perspectivas reflexionan sobre la comida en el contexto de un mundo globalizado y condicionado por fenómenos como la migración humana y la hibridación, llegando a la conclusión de que la propia acción de comer “implica una mezcla de culturas y sabores, pero también de rituales y de costumbres”.  Las dos autoras son miembros del proyecto de investigación ‘De boca en boca. Comida y transculturación en la literatura latina de finales del S. XX (1960-2007)’, una iniciativa de investigación de excelencia, cuyo resultado se condensa en este libro que ha publicado este año la Editorial Cuarto Propio de Santiago de Chile. El libro se nutre de textos de colaboradores de Bélgica, Holanda, España, Venezuela, México, Argentina, Francia o Chile, entre los que figura asimismo el chef y profesor venezolano Juan Alonso Molina.  Para Ángeles Mateo, “la comida o el arte llamado culinario es un elemento que sirve para leer la cultura. Hoy por hoy en esta era de la globalización no existe una gastronomía nacional pura, porque todo se tamiza con el mestizaje y el sincretismo de culturas. Lo que predomina en la gastronomía de hoy es la interculturalidad”.   Según las editoras, ‘Comidas bastardas. Gastronomía, tradición e identidad en América Latina’ remite desde el título a aquello que “degenera de su origen o naturaleza, pudiendo apuntar que de algún modo se alude a lo que no es legítimo. A raíz de esta definición cabe preguntarse: ¿es posible entonces hablar de comidas bastardas? La bastardía de estas comidas estriba en el hecho mismo de su apartamiento de lo que fueron originariamente, antes incluso de la cocción, en cómo fueron concebidas, qué alimentos las conformaban, para quiénes estaban destinadas, qué hábitos las acompañaban.   En ellas se conjugan lo local y lo cosmopolita, la lógica del mercado y la producción simbólica, la memoria histórica y la nostalgia culinaria, lo popular, lo culto y lo masivo, la modernidad y la tradición”.   El volumen que se presento en el centro americanista dependiente del área de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo grancanario, también formula cómo las representaciones culinarias dan cuenta de una identidad transcultural, que remite a nuevos fenómenos culturales como son la aculturación, deculturación o neoculturación.   A juicio de las profesoras universitarias “todo ello ha dado lugar a que algunos críticos, como es el caso de Anita Mannur, hayan acuñado el término de “ciudadanía culinaria” para designar aquella cocina que deviene expresión de la esencia nacional. O bien que Pnina Werbner llegue a hablar de “catadores gourmet multilingües” para aludir a la experiencia de la hibridez cultural y a ese cosmopolitismo que, al hibridarnos, nos devuelve unos sabores globalizados”.