Seis bodegas toledanas consiguen un vino espumoso de alta calidad al que han bautizado como 'Cueva', y ni que decir tiene que esta denominación de origen se parece -vocal y fonéticamente- mucho a la D.O. CAVA. Además, el producto vitivinícola creado no sólo se asemeja, sino que es el mismo, es decir: es el vino espumoso resultante de una segunda fermentación dentro de la misma botella, con un período mínimo de permanencia en las cavas (bodega subterránea en la que reposa este vino) de nueve meses, donde se obtiene la espuma natural que caracteriza el proceso llamado 'método tradicional'; expresión que sustituyó al méthode champenoise (después del litigio con Francia para poder usar esa denominación). La aventura toledana empezó cuando a mediados de los años ochenta algunas bodegas manchegas se preguntaron: ¿si tenemos 10.000 hectáreas de viñedos, hacemos -y exportamos- vino base para la elaboración de espumosos, por qué no hacemos nosotros vino espumoso? Como respuesta, seis bodegas del pequeño pueblo de Villanueva de Alcardete comenzaron a producir vino espumoso por el método tradicional. Cuando algunas de estas bodegas toledanas iniciaron su andadura, se les ofreció unirse a la denominación 'cava', como así lo hicieron la comarca catalana del Penedés, otros pueblos de Cataluña y otros municipios de España situados en la zona de Valencia, Aragón, La Rioja, País Vasco y Extremadura; que en la actualidad son los que forman el Mapa de Cava; sin embargo, los bodegueros alcardeteños prefirieron ir por su cuenta -¡y riesgo!- y asociarse creando una marca de calidad diferenciada, a la que llamaron 'Cueva'. Las seis bodegas agrupadas bajo la marca colectiva Asociación Cuevas, que iniciaron su aventura en 1985, van tomando posiciones en el mercado del vino espumoso de calidad, porque de lo que no hay duda es que los burbujeantes caldos tienen una excelente calidad. La zona está situada en terreno pedregoso, regado de norte a sur por el río Gigüela; con laderas y planicies que se elevan a más de 700 metros de altitud; con heladas invernales y tórridos veranos, que hacen que los viñedos produzcan una uva elegante y afrutada. La uva blanca Airén, el fruto para la elaboración de vino que ocupa mayor superficie en España, y la autóctonaBrujidera son las claves que diferencian el carácter de sus 'Cueva'. Técnicamente nada se escapa del método tradicional: entre 9 y 36 meses de crianza en botella en posición horizontal en rimas, temperatura constante y silencio en la penumbra de las cuevas; reposición de pérdida de vino en la fase de degüello; y sellado con el clásico tapón de corcho asegurándolo con alambre trenzado... 'comme il faut', que diría un francés. Aunque con formatos de presentación diferentes, cada uno de los elaboradores de 'cueva alcardeteño' han adquirido el compromiso de calidad que define las características fisioquímicas y organolépticas que caracterizan estos vinos. Cada uno tiene su propia marca: Latúe, de Bodegas San Isidro-Latúe; Carolvs, de Bodegas Viñedos Reservas; Alcardel, de la cooperativa Ntra. Sra. Del Pilar; Terra Gigüela, de Bodegas Recuero; Operibus, de Bodegas Casa del Títere; y Palacios Reales, de Bodegas Verdúguez. Todos sus espumosos y en sus distintas modalidades (brut nature, seco, semi-dulce, etc.) son producto de un coupage en el que intervienen otras variedades de uva como Sauvignon Blanc, Macabeo, Chardonnay, Pardillo o Moscatel. Referente a las cifras, hay que mencionar que entre los 6 productores toledanos de 'Cueva' este año han alcanzado las 500.000 botellas, cantidad lejana a los más de cien millones de botellas de cava que salen de las factorías catalanas o los 110 millones de champán que produce la región francesa de Champagne... Pero no todo se mide en cantidad, sino en relación de calidad-precio, y los Cueva están ya preparados para competir en todos los mercados y contra quién sea, a pesar de que estos vinos que producen cosquillas en el paladar, que son sinónimo de fiesta, apropiados para celebrar la llegada del año nuevo, o la puesta en marcha de un romance, son vinos de encuentro y de alegría vengan del país que vengan.