El impacto de la crisis económica ha afectado directamente a los hábitos de consumo de los ciudadanos con respecto a la alimentación, hasta el punto de que el 90% se declara hipersensible al precio


   


Según los últimos datos publicados por la consultora Nielsen, el gasto semanal medio de los españoles en alimentación se sitúa en 60 euros semanales, de los cuales 40 euros corresponden a alimentación seca y 20 euros a productos frescos.
Estos datos son fruto de un estudio realizado con motivo de la feria Alimentaria, con el objetivo de detectar las nuevas tendencias de consumo y cuya principal conclusión es el cambio de modelo que está experimentando el comprador español, que antes de la crisis se caracterizaba por acudir a los hipermercados y llenar un carro de la compra, mientras que ahora los clientes apenas llenan una cesta y suelen acudir en más ocasiones al supermercado o la tienda de proximidad para tratar de controlar el gasto.
Asimismo, la planificación se ha convertido en un hecho esencial para los consumidores antes de ir a la compra, algo más que comprensible al observar que la alimentación y las bebidas son la segunda partida de gasto más importante de las familias tras la vivienda y la factura energética. Según el informe de Nielsen, siete de cada diez españoles acude al súper con una lista predefinida, mientras que dos de cada tres conoce con antelación lo que va a comprar y uno de cada tres utiliza los folletos de ofertas para casi todas sus compras. Ahora bien, el último metro frente al lineal es el “decisivo” y las activaciones en tienda y promociones pueden cambiar esa planificación previa, como también las novedades de producto.
Cada céntimo cuenta y los efectos de la coyuntura económica han hecho que los consumidores apuesten por productos básicos, cuyo precio es más económico. En este sentido, se ha producido un remplazo del consumo fuera del hogar por una vuelta a la madriguera por lo que productos tradicionales y con un precio más asequible experimentan crecimientos. El arroz, la pasta, las galletas, las mantequillas, las mermeladas, la cerveza y los snacksson cada vez más frecuentes en la cesta de la compra de los españoles ya que son económicos y fomentan el consumo en el hogar y el "háztelo tú mismo".
Según Nielsen, la amplia gama de formatos para adaptarse a los distintos perfiles de consumidores también se ha acentuado como resultado de la crisis. Formatos pequeños para familias monoparentales y singlesformatos grandes para facilitar el control del gasto a las familias numerosas y formatos gourmets como los loncheados a un euro para aquellos que no quieren renunciar a la calidad por cuestión de precio.
Finalmente, Nielsen ha calculado que de no haberse producido la crisis económica los productos de gran consumo en España hubieran representado en torno a 80.000 millones de euros en 2013. En cambio, la consultora asegura en su estudio que este mercado ha supuesto 70.700 millones de euros en la economía española el pasado año, y la razón de este hecho hay que buscarla en la caída de la renta disponible de las familias españolas, que desde 2007 ha experimentado un descenso del 12%.
Cada céntimo cuenta y los efectos de la coyuntura económica han hecho que los consumidores apuesten por productos básicos, cuyo precio es más económico. En este sentido, se ha producido un remplazo del consumo fuera del hogar por una vuelta a la madriguera por lo que productos tradicionales y con un precio más asequible experimentan crecimientos. El arroz, la pasta, las galletas, las mantequillas, las mermeladas, la cerveza y los snacksson cada vez más frecuentes en la cesta de la compra de los españoles ya que son económicos y fomentan el consumo en el hogar y el "háztelo tú mismo".
Según Nielsen, la amplia gama de formatos para adaptarse a los distintos perfiles de consumidores también se ha acentuado como resultado de la crisis. Formatos pequeños para familias monoparentales y singlesformatos grandes para facilitar el control del gasto a las familias numerosas y formatos gourmets como los loncheados a un euro para aquellos que no quieren renunciar a la calidad por cuestión de precio.