¡Rápido, rápido! En estos tiempos de prisas sin pausas, el vino suele ser un refugio ideal de calma y tranquilidad; la calma que requiere cada trago para ser disfrutado es la mejor terapia antiestrés





Pero también puede ser divertido hacerlo sucumbiendo a la velocidad de nuestros tiempos, cosa que hizo la asociación Qalidès, que reúne a bodegas del Penedès que defienden el terruño y la calidad de sus viñas y promueven una viticultura sostenible. Se inventaron el llamado Speed Tasting para dar a conocer las creaciones de 13 bodegas en apenas una hora y media. A una cada seis minutos. ¡Rápido, rápido!
 La Fàbrica Moritz acogió el jueves pasado esta iniciativa pionera en España que se inspira en una idea que triunfa en EEUU y que versiona el concepto speed dating, en el que varios hombres y mujeres se dan cita en un local y traban una conversación de apenas cinco minutos para saber si se gustan o no. En el caso del Speed Tasting, se trataba de conocer los vinos de terruño de Qalidès. Cuando sonaba la música, cada seis minutos, tocaba cambiar de mesa y escuchar a los bodegueros cantar las excelencias de sus productos. Un centenar de personas cató y bailó el Happy de Pharrell Williams cada vez que tenían que cambiar de bodega. Llevaban dos copas en la mano, porque podían probar dos vinos por elaborador. Los bodegueros, a su vez, explicaban cómo mimaban sus viñas.
Que fuera un pimpampum no significa que no se cuidaran los detalles. Los vinos, por ejemplo, se servían en copas Riedel, probablemente las mejores para catarlos disfrutando de todos sus matices. Además, la cata acabó con una cena informal. Las bodegas que participaron en el Speed Tasting fueron Albet i Noya, Avgvstvs Forvm, Can Feixes, Can Ràfols dels Caus, Castellroig-Finca Sabaté i Coca, Gramona, Jané Ventura, Jean Leon, Mas Candí, Mas Comtal, Miguel Torres, Pardas y Finca Viladellops.